Genial, ese sería precisamente un buen motivo para empezar.
A menudo no nos atrevemos a probar porque pensamos que no vamos a estar a la altura, o que no vamos a poder hacer esas posturas maravillosas que vemos en las redes sociales. Pero ¿realmente buscamos conseguir eso?
En primer lugar, podría indicar lo que es obvio, que para empezar a aprender algo, no hace falta ser un experto; de hecho, ni siquiera hace falta saber nada sobre el tema. Pero, esa es la mejor razón para empezar y un buen punto de partida.
Muchos llegamos al yoga por diferentes caminos y con diferentes motivaciones. A menudo alguna lesión o algún problema físico hace que nos interesemos. O tal vez queremos encontrar maneras de controlar nuestra ansiedad o el estrés al que nos podemos ver sometidos. Otras veces buscamos algo más espiritual, algo que les dé sentido a nuestras vidas o que le aporte más profundidad. Esa motivación inicial no importa, todas son válidas. Al final, lo importante es que hemos buscado el yoga y, de alguna manera, ha aparecido delante de nosotros (no por casualidad, pero de eso ya hablaremos más adelante).
Pero, cuando vemos esta posible solución a nuestras inquietudes o a nuestros problemas, pasa algún tiempo y empezamos a encontrar obstáculos, impedimentos y toda una serie de compromisos y limitaciones que, aparentemente, nos impiden practicar:
- Tiempo
- Compromisos
- Coste
- Tipo de clase
- Flexibilidad
- Fuerza
- Equilibrio
- Limitaciones de nuestro cuerpo
Hacemos que cualquiera de ellos se convierte en una barrera infranqueable y dejamos la decisión de comenzar para más adelante, para otro momento. De hecho, la idea de escribir esto surgió porque alguien me hizo la pregunta con la que he abierto el blog, que es uno de los obstáculos que he mencionado: no tengo flexibilidad y no sé cómo se hace, ¿puedo ir a las clases?
La pregunta me hizo pensar primero en algunas ideas iniciales equivocadas, muy razonables y de esperar, pero que es necesario aclarar. Existe una creencia generalizada acerca de lo que es el yoga, basada en esas fotos o vídeos que vemos en las redes, en lo que alguien nos ha comentado o incluso en lo que algún médico nos puede haber recomendado. Todos pensamos en las posturas y las exigencias físicas para hacerlas y nos asaltan las dudas de si seremos capaces de hacerlas. Además, tenemos muy arraigada la idea de que cualquier actividad física que nos vaya a beneficiar debe conllevar un gran esfuerzo, como ocurriría en la práctica de ciertas actividades deportivas.
En el yoga, lo importante es el trabajo que realizamos, tanto a nivel físico, como mental, no la postura final a la que podamos llegar. De hecho, a mí me gusta citar a Dona Noble, una amiga y profesora de yoga inclusivo, que opina: “Si puedes respirar, puedes practicar yoga”. Así de simple.
Pero en lugar de explicar aquí lo que es o no es yoga, creo que sería más relevante que consideraras el motivo por el que te gustaría probar:
- Curiosidad
- Salud
- Concentración
- Paz y calma
- Otros
Es necesario tener claras las razones por las que buscamos el yoga y, entonces, considerar si la falta de flexibilidad o el no haber practicado antes realmente serían un impedimento para empezar a practicar. Verás que, en la mayoría de los casos, no es necesariamente una barrera. Incluso me atrevería a decir que esos obstáculos son nuestra propia protección ante algo que no conocemos bien. Nos hace sentir inseguros porque pensamos que alguien va a evaluar cómo lo hacemos, nos vamos a sentir observados y juzgados en nuestras capacidades.
Nada más lejos de la realidad. La práctica del yoga es algo muy personal y cuando entramos en la clase, la atención de cada uno se dirige hacia su propio trabajo. Vamos a estar demasiado ocupados para prestar atención a los demás. ¿Y el profesor? Bueno, la función del profesor es guiarte y ayudarte en tu camino, no examinarte ni juzgarte. Está ahí para ayudarte y facilitar tu desarrollo.
Así que, si piensas que tienes poca flexibilidad, fuerza o equilibrio, que eres demasiado nervioso, que estás limitado de alguna manera, o que no tienes tiempo, considera que, en lugar de un impedimento, podría ser precisamente el motivo por el cual el yoga te podría ser de gran ayuda.
Y recuerda, si puedes respirar, puedes practicar yoga.
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