Me sorprendo cuando me hacéis esta pregunta, en particular si la persona que me pregunta no conoce diferentes estilos. ¿Qué me estáis preguntando en realidad?
Después de muchos años, de darle muchas vueltas y de responder en numerosas ocasiones, creo que, en realidad, queréis saber qué os vais a encontrar en mis clases para determinar si os gustarán, si las podréis hacer o si os van a dar los resultados que buscáis. Pero mi respuesta os va a decepcionar.
La descripción de un estilo de yoga no nos va a dar esas respuestas. La práctica sí.
Además, es complicado cuando existen tantos estilos de yoga como profesores, o incluso más. Preparar una clase de yoga e impartirla es una actividad muy personal para el profesor, que va a tener unos objetivos, un estilo y unos métodos diferentes, sobre los que también quedará reflejada su personalidad, conocimientos y formación. Sin olvidar, que las clases también se suelen adaptar a los alumnos y a lo que puedan necesitar en un momento dado.
Si queréis empezar a practicar o vais a probar con un profesor nuevo, practicar durante un tiempo para ver o sentir los efectos va a resultar más útil que escuchar una descripción del estilo.
Dicho esto, también es cierto que se pueden considerar algunos aspectos para decidir si un estilo u otro nos va a gustar más o menos. Algunos estilos son más meditativos, otros requieren una mayor forma física o buscan trabajar de alguna manera muy particular. Podemos usar estos elementos a modo de guía, pero debemos entender también que incluso la misma persona, en diferentes momentos de su vida, puede necesitar diferentes estilos y lo que sobre el papel puede sonar de una manera, en realidad nos puede sentar de otra muy diferente.
Y bien, en cualquier caso, podéis hacer la prueba. A continuación os voy a hablar de los diferentes estilos y, para ello, voy a empezar desde lo más general a lo más particular, o sea, ver las grandes familias y como se van dividiendo.
En este sentido, comenzaríamos con 4 grupos bien diferenciados:
- Raja yoga: el yoga del control del cuerpo y la mente, que se centra en la meditación y los aspectos energéticos
- Karma yoga: el yoga de la acción desinteresada para alcanzar la realización espiritual
- Bhakti yoga: el yoga de la devoción, en el que se concentra la mente, la emociones y los sentidos en lo divino
- Jñana yoga: el yoga del estudio, un estudio profundo para trascender la mente, una búsqueda del conocimiento y la verdad absoluta
De estas cuatro familias, la que nosotros más conocemos y practicamos es la primera, Raja Yoga. Es la que incluye el trabajo físico para alcanzar los beneficios que se buscan de realización espiritual.
Además, en cada familia podemos encontrar varios linajes (corriente de sabiduría), que corresponden a diferentes escuelas o profesores de mayor importancia que han creado sus propios estilos. Los primeros linajes aparecieron ya hace mucho en la India, y otros más modernos han aparecido de manos de profesores en occidente en los últimos años.
Así pues, dentro del Raja Yoga, algunos de los estilos más habituales son:
- Yoga hatha: es el estilo más general y el más practicado en occidente. Se centra sobre todo en la práctica física de las posturas (asanas) y ejercicios de respiración (pranayama) que preparan al cuerpo para prácticas más espirituales, como la meditación.
- Yoga kundalini: utiliza movimientos repetitivos y técnicas dinámicas de respiración que se combinan para despertar la energía en la base de la columna y que ascienda a través de los centros de energía (chakras).
- Yoga vinyasa: se trata de un estilo bastante general, como hatha, y ambos se parecen en cuanto al uso de posturas y respiración, pero en este caso, se fluye de unas posturas a otras, existe una conexión y una transición determinada entre ellas. Suele ser más exigente a nivel físico.
- Yoga iyengar: este tipo de yoga se centra en las sutilezas de cada postura, que se mantiene durante mucho más tiempo que en otros estilos para prestar atención a la alineación del cuerpo. También se utilizan muchas ayudas, como bloques, cuerdas, mantas, etc. para adaptar el trabajo a cada alumno y enseñarle las posturas de manera correcta.
- Yoga ashtanga: es un estilo rápido, vigoroso y exigente a nivel físico, formado por seis series con una secuencia determinada de posturas que se practican en combinación con la respiración. Las secuencias son fijas y se repiten siempre en el mismo orden.
- Yoga yin: se trata de un tipo de yoga muy lento, en el que las posturas se mantienen durante 5 minutos o más de manera pasiva con el objetivo de aplicar una tensión moderada al tejido conjuntivo para mejorar la circulación en las articulaciones y mejorar la flexibilidad.
- Yoga nidra: este estilo de yoga no incluye la práctica de posturas, sino que se centra en calmar la mente y el cuerpo a través de la respiración profunda. El cuerpo permanece inmóvil, pero se mantiene una conciencia plena en los ejercicios.
- Yoga sivananda:se basa en el yoga hatha, pero se centra más en la meditación, la respiración y la espiritualidad a través en 5 principios (ejercicios adecuados, respiración correcta, relajación adecuada, dieta y pensamiento positivo) y 12 posturas.
- Viniyoga: es un estilo dinámico, terapéutico y personalizado que se centra sobre todo en el practicante más que en la técnica, y en el que la respiración toma un papel de especial relevancia.
Existen también otros estilos más recientes, como el yoga Bikram, power yoga, Forrester yoga, acroyoga, etc. y combinaciones de cualquiera de ellos.
La lista podría continuar con cientos y cientos de estilos más.
Además de estos factores, como decía al principio, cada profesor aportará su estilo personal a la variedad que haya elegido, y la adaptará a sus estudiantes. De manera que pueden existir muchas variaciones dentro de cada estilo particular.
En cuanto a la pregunta que abría esta reflexión, ¿de qué estilo son mis clases? En un principio, definiría mis clases como yoga hatha dinámico, pero me gustaría matizar mis influencias para describirlas mejor.
Este estilo fue el que empecé a practicar hace ahora más de 20 años y fue en el que se basaba mi primera formación como profesor. El adjetivo “dinámico” se utiliza aquí para indicar un tipo específico de respiración que se aplica durante la práctica para potenciar la activación de la energía. Además, por influencias de mi formación, tiendo a enlazar las posturas para que la transición de unas a otras sea suave y no queden desconectadas.
Tiempo después, durante más de 5 años, practiqué de manera exclusiva yoga Iyengar. De modo que, además del trabajo anterior, intento facilitar la alineación correcta, con el uso de materiales de ayuda para adaptar la práctica a cada alumno.
En los últimos años también he hecho cursos de respiración, meditación y yoga terapéutico, que aportan otros elementos de influencia en mi estilo actual.
¿Confundido? ¿No te imaginas cómo son mis clases? Lo mejor es que las pruebes durante un tiempo para hacerte una idea y observar sus efectos. Ahora es más fácil aún, porque cabe la posibilidad de practicar online en directo, sin necesidad de desplazarte hasta el estudio. ¿Te animas?
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